Estamos a pocas semanas de que acabe agosto, sin embargo, parece que aún queda mucho verano por delante. Se nota el cambio climático y es que es normal que en los últimos años el calor del verano se mantenga hasta finales de septiembre e incluso bien entrado el mes de octubre.
Todo esto provoca un cambio en los planes de los agricultores, en especial, cuando se trata de su bien más preciado, las plantas y sus cultivos. Controlar el calor y la temperatura es la mejor forma de cuidar una plantación en verano. Si eres agricultor o tienes un cultivo este artículo te interesa. Permanece atento y toma nota, a continuación, te explicaremos con todo detalle cómo combatir los cambios de temperatura en invernaderos.
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Cambios de temperatura en invernaderos
El invernadero es un tipo de cultivo exterior de los más eficientes ya que aprovecha la radiación del sol y consigue aumentarla al atravesar la superficie aislante del exterior (plástico o cristal). El incremento de la radiación solar se convierte en radiación infrarroja que tiene una longitud de onda superior a la solar y que queda atrapada en el invernadero al poder entrar, pero no poder salir. Este método se llamada efecto invernadero lo que provoca un calentamiento en el interior del invernadero.
El invernadero aprovecha el calor interior producido por la radiación solar, pero la presencia de barreras físicas como el plástico o el vidrio actúan como aislante y no permite salir el calor. De esta forma, se acumula dentro de la superficie y es bastante difícil de erradicar. En especial, cuando llegan las olas de calor extremas que alcanzan temperaturas superiores a 40 grados.
Este exceso de calor es bastante común en España, sobre todo, en Andalucía donde las horas de luz anuales superan las 2.800 y las temperaturas máximas se superan fácilmente en zonas como el Guadalquivir. Incluso en zonas tradicionalmente más cálidas como Galicia, Asturias y País Vasco cada vez es más común superar los 30 grados.
A pesar de que el calor es una bendición para muchos hosteleros y la gente que busca sol y playa, no es tan bueno para los agricultores y los dueños de invernaderos. Y es que el calor en los invernaderos es un problema cuando es excesivo. Hay que recordar que los invernaderos aumentan el calor interno mediante el llamado efecto de acumulación. El plástico o cristal actúa como medio selectivo en la transmisión de la las diferentes frecuencias espectrales atrapando el calor en el interior.
El efecto de las altas temperaturas en las plantas es difícil de controlar por las consecuencias que provoca en los vegetales. Piensa que el calor se puede evitar por el efecto de convección. En otras palabras, el efecto de ventilación o aireo reduce la temperatura de una forma brutal.
Esto que parece una ventaja es un problema. La reducción tan brusca de temperatura es mala para ciertos cultivos muy sensibles a los cambios de temperatura (como la marihuana). Una reducción de un par de grados, incluso cinco o diez es buena, pero no cuando baja a la mitad. El efecto neto de la ventilación crea una corriente y un descenso generalizado de la temperatura en el interior, en otras palabras, el sistema de enfriamiento automático o auto ventilación.
El coeficiente de transmisión térmica es peor en invernaderos que tienen el vidrio como aislante ya que tiene poca resistencia al calor por transmisión. De esta forma, las pérdidas en el sistema son notables si la temperatura exterior es muy alta. A pesar de que este sistema es ideal para el cultivo de todo tipo de hortalizas (habas, verduras, guisantes, legumbres) tanto de hojas verdes como brásiaceas, es malo para el cultivo de marihuana.
Controlar el calor
Los cuidados y requisitos de esta planta tan especial difieren del resto de cultivos. Efectivamente, la marihuana necesita calor y muchas horas de luz (entre otros requisitos), sin embargo, también requiere de un calor constante y alto. Por ello, es necesario acudir a otras opciones como los sistemas automáticos de riego, ventilación controlada, humidificación y al ozono. La aplicación de estas técnicas se reduce a un uso controlado del efecto invernadero. La agricultura intensiva depende de la superficie del cultivo.
Lo ideal es cultivar un sólo tipo de semillas. Además, los invernaderos generan mucha energía. Por todo ello, es una buena idea automatizar procesos en la medida de lo posible, de esta forma, la producción de la cosecha puede aumentar hasta un 75 %, en función del cultivo, la superficie y otros factores. Para aprovechar esta productividad intensiva es necesario medir el calor y controlar todos los parámetros de agua y nutrientes.
Por otro lado, es imprescindible tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Metros de la superficie de cultivo
- Humedad exterior y temperatura interior y exterior
- Cantidad de ventanas para airear
- Intensidad mínima y máxima de radiación solar, así como saber la dirección y velocidad media del viento, todo ello, en el caso de acudir al sistema de refrigeración.
A continuación, te vamos a contar algunos consejos básicos para controlar los parámetros de agua y ventilación:
- La reducción del calor interior se reduce cuanto más baja sea la temperatura en el exterior. En otras palabras, si fuera del invernadero hace 30 grados o menos puedes acudir al efecto de ventilación o aireo. Una opción es hacerlo por la noche. Si la temperatura es superior a 35 grados y cultivas marihuana, no utilices esta técnica ya que el descenso de temperatura en el interior del invernadero podría llegar casi a la mitad.
- El sistema de riego automático mediante aspersión o niebla aumenta la eficacia del cultivo. En especial, si la niebla es fina y usas equipos de agua a baja presión, en torno a 100 micras. Es recomendable la combinación de sistemas automáticos para el encendido y apagado, de esta forma, ahorras costes y reduces la factura de la luz.
- La ventilación no debe durar más de una hora al día, las mejores horas para hacerla suele ser en momentos de poca luz como el amanecer o anochecer donde la temperatura es más baja. Una idea es abrir ventanas cruzadas para conseguir que el aire caliente no corra en exceso y el frío se reduzca de forma suave en el interior.
- El uso del ozono mediante los ozonificadores mejoran la fertilización y fumigación. De esta forma, se evitan las plagas y bacterias gracias a este potente sistema complementario de riego y ventilación. ¿Quieres conocer un poco más de las propiedades del ozono? Échale un vistazo a este artículo, te contamos todo con detalle.
- El cultivo de marihuana es muy selectivo, necesitas conseguir una humedad no relativa menor al 70 % para conseguir buenos resultados en la cosecha. Si combinas el riego automático, con el venteo y el uso de ozonificadores mantendrás niveles por debajo del 70 %.
¡Recuerda, el calor excesivo es un problema! De tí depende controlarlo. ¿Conoces otros sistemas de refrigeración? ¿Cuáles son los que mejor te funcionan? No lo dudes y déjanos tu opinión en los comentarios.